viernes, 4 de octubre de 2013

La "Clásica" del CARA

Integrantes: Coleman, Gorrino, La Weed
Fechas: 30 de Junio del 2013
Sector: Guadarrama

Hoy con música, para homenajear la ciudad de origen de dos miembros de este selecto club.


El pasado domingo 30 de Junio, realizamos la que ya es conocida como la clásica del C.A.R.A., una ruta que ya hemos hecho unas cuantas veces y que nos gusta mucho sobre todo para los días de verano. No es muy larga, tampoco muy dura y permite pasar un día muy agradable a la sombra de los pinos del Guadarrama cuando el sol aprieta infernalmente en la ciudad. Supone recorrer la calzada romana del valle de la Fuenfría hasta el puerto, para luego subir al Montón de Trigo, bajar de nuevo e ir a las ruinas del pabellón de Casa Eraso (o Casarás) donde se descansa y se come disfrutando del sitio y de las vistas. Para terminar, bajada a Las Dehesas de nuevo o bien por el mismo camino o por cualquier de las múltiples sendas del valle.

En esta ocasión contábamos con una de las fundadoras del CARA, que nos acompañaba a los dos ya habituales. Esperamos que se nos una muchas más veces, así como el otro miembro fundador, al cual no se le ve casi desde el acto fundacional. Asi pues, y teniendo bien clara la filosofía relajada del día, quedamos a las 09:30 en Madrid y echamos a andar a eso de las 10:45 entre dominguers a mansalva que ocupan las piscinas naturales del valle en estos meses de calor. Pero no teníamos prisa, iba a hacer un gran día y eramos felices, así que echamos a andar saludando animosamente a todos los especímenes que nos cruzábamos, que nos miraban extrañados de tanta simpatía.

Los Weed en la cima del monton de trigo

Emprendimos la subida por la calzada romana (o borbónica realmente) del Valle, que sube a la sombra de los pinos hasta una pradera en la que se cruza con todo camino existente en el valle y la carretera de la Republica y en el que uno puede perderse con facilidad. A partir de ahí, el sol ya golpea y hasta que no llegas a un giro a izquierdas pronunciado, te asas de calor (especialmente si echas a andar a las 11 de la mañana…). El último tramo de la calzada se supera con facilidad disfrutando de las vistas y de sopetón pasas de ir casi solo a encontrarte la muchedumbre que puebla el puerto de la Fuenfría, lugar serrano donde los haya y que acumula a ciclistas, senderistas, montañeros y corredores de montaña. Me podría poner hater y decir que aquello parecía el Retiro, pero qué coño, estoy de buen humor y diré que me alegra que la gente haga deporte y disfrute y valore la sierra, que es una maravilla que debemos cuidar entre todos.

Descansamos un rato, llenamos de agua la botella y echamos camino arriba hacia la cumbre del Cerro Minguete bajo ya un duro sol e intentando aprovechar las sombras de los cada vez más distanciados pinos que surcan la subida. Antes de llegar a la cima se tiene que desviar uno a derechas, en dirección al collado que separa el Minguete del Montón de Trigo. Una paradita de 5 minutos para disfrutar de las primeras visiones del valle del Rio Moros y para arriba otra vez, esta vez con el ánimo de saber que es la ultima subida dura del día. Una vez en la cima, el calor era mucho más soportable, pero la compañía de miles de moscas, bichos y mosquitos nos impidió disfrutarla como es debido, aunque nos tomamos un rico bocata para saciar el hambre.

Mirando al río Moros

La bajada, por el mismo sitio, nos llevó rápidamente al collado, luego al puerto de la Fuenfría y por último, cogiendo la carretera de la República en dirección Segovia y tras unos 20 minutos desde el puerto, a un llano que alberga las ruinas del Pabellón o Casa Eraso, construcción del siglo XVII que servía a los monarcas borbónicos como parada para descansar en su viaje a los jardines de Riofrío o de la Granja. Pocos sitios más agradables y sorprendentemente menos concurridos hay en la sierra para realizar un descanso, comer y tumbarse a relajarse. Una amplia pradera a la sombra de los pinos invita a tumbarse mientras que disfrutas la panorámica de Peñalara, Cuerda Larga, Siete Picos y Guarramillas (mellada por la maldita estación de esquí y el edificio de las antenas).

Lo que fue en su dia la Casa Eraso (foto: devalsain.com)
Tras un buen rato descansando y comiendo, retomamos el camino hacia el puerto que, ya sin ningún esfuerzo y tras una horita, nos dejó en el coche de nuevo. Una cerveza refrescante y de vuelta a la ciudad.

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