domingo, 1 de octubre de 2017

Sri Lanka, la puerta del Sur de Asia - Día 7 - Las Tierras altas

Lunes 7 de Junio de 2015

Salimos por la mañana hacia las tierras altas, circulando por una serpenteante carretera que ascendía sin aparente fin. El paisaje era fantástico. Bajo un cielo azul salpicado con nubes blancas, las plantaciones de té se sucedían a ambos lados de la carretera y solo cesaban cuando el terreno era demasiado escarpado. Pudimos ver un par de majestuosas cascadas durante el camino. A pesar de ser un largo trayecto, no nos aburrimos, entretenidos como íbamos con el paisaje.

Plantaciones de té de las tierras altas


Hicimos un par de paradas. La primera en una plantación de te, donde pudimos caminar entre las plantas y observar a las trabajadoras tamiles que recogen el te en unos capazos que llevan en su espalda. La segunda en una fábrica/tienda que, al contrario que el jardín de especias si nos pareció interesante. Nos mostraron el proceso de fabricación del té, los diferentes tipos y la maquinaria utilizada durante el proceso. Por último te hacen una degustación antes de pasar a la tienda, pero no nos pareció mal, nos gusta el té y nos llevamos algo de regalo para España.


Cascada de camino a las tierras altas
Tras alguna vuelta más en la carretera llegamos a Nuwara Eliya, ciudad capital de las tierras altas y fundada en el siglo XIX por los británicos como ciudad de escape del calor tropical. La verdad es que hacia un tiempo fenomenal, parecido al que podemos encontrar en la costa cantábrica, con buena temperatura durante el día y fresquito (de ponerse una chaqueta) en cuanto se ponía el sol.

Paisaje de las tierras altas

Dimos un paseo por el Gregory Lake, rodeados de montañas, contemplando el radical cambio que presenta el paisaje en unos pocos kilómetros y como los locales paseaban y se relajaban a la orilla del lago. Comimos algo ligero y buscamos nuestro hotel en el centro de la ciudad. Era un hotel colonial, con muy pocas habitaciones pero mucho encanto y el encargado parecía descendiente de los colonos británicos de hace un siglo. Estuvimos muy a gusto.

Gregory Lake

A primera hora de la tarde bajamos al centro y dimos una vuelta por el jardín de la Reina Victoria, en un ambiente relajado y agradable. Paseando entre algún campo de golf y mansiones coloniales descubrimos el Grand Hotel, autentico símbolo de la ciudad y nos regalamos un muy británico té con pastas en la señorial terraza. Bueno con pastas, sandwiches y alguna cosa más.

Grand Hotel

High Tea


Ya de noche volvimos paseando al hotel con la chaqueta puesta y cenamos allí una estupenda comida mientras charlábamos con el dueño. No fue el día que más cosas visitamos, pero probablemente fuera de los días más agradables del viaje. Al día siguiente nos tocaba madrugón para visitar el Parque Nacional de Horton Plains asi que nos fuimos a dormir temprano.

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