lunes, 2 de octubre de 2017

Sri Lanka, la puerta del Sur de Asia - Día 8 - Horton Plains NP y Ella


Martes 8 de Junio de 2015

Nos pegamos un madrugón bastante serio (recuerdo que era aún noche cerrada cuando salimos a la calle) y un jeep nos recogió en el hotel. Tras un rato de no más de una hora circulando por las carreteras de la zona y sorprendiéndonos con las explotaciones lecheras que abundan por la zona llegamos a la entrada del parque nacional de Horton Plains.

El paisaje había vuelto a cambiar; estábamos a más de dos mil metros de altitud y la vegetación era completamente diferente, con llanuras verdes y árboles adaptados al frío y el viento de la zona. Los ciervos endémicos de la isla berreaban en la distancia (desafortunadamente no pudimos verlos durante el día) y el sol empezaba a brillar en un cielo claro.

Ruta por Horton Plains

Nos pusimos a andar tranquilamente con un tiempo perfecto, fresquito pero luminoso. Realmente echábamos de menos caminar por el campo con un clima de montaña. El paisaje cambiaba de llanura herbosa a bosque con unos curiosos árboles retorcidos, los pájaros trinaban y apenas vimos a gente en todo el día. Hicimos un recorrido circular que pasa por el mirador de World's End, desde donde se divisa el sur de la isla hasta el mar y luego discurre por en medio de un precioso paisaje de llanura de altitud hasta las cataratas de Baker. En este páramo de altura nacen los principales ríos de la isla, y por eso es un tesoro natural que se cuidan mucho de preservar.

Paisaje desde el World's End
Acabamos el recorrido tras unas 4 horas de caminata, cuando el sol empezaba a apretar un poco más en el cielo y la gente empezaba a acumularse en los caminos. En resumen, nos pareció una ruta de lo más recomendable, sencilla y agradable de hacer.

Cascada de Baker

De allí fuimos a la estación de tren de Pattipola, un poco más abajo siguiendo la carretera, para montarnos en el afamado tren que recorre el corazón del país hasta Ella, nuestra siguiente etapa.

Estación de Pattipola

El trayecto en tren es muy bonito, además no es únicamente para turistas ya que compartes el trayecto con mucha población local. El problema es que cuando subimos al tren los sitios en el lado bonito del trayecto ya estaban todos ocupados, con lo que tuvimos que conformarnos con dos en el lado malo. Veíamos el paisaje y nos levantábamos a hacer fotos pero supongo que sentado al lado de la ventanilla buena el camino es más impresionante.

Aún así el viaje sigue siendo recomendable aunque solo sea por ver la vida local en las diferentes paradas, ver como las familias suben y bajan del vagón, como los vendedores suben ofreciendo sus productos en las paradas, y por supuesto por admirar el soberbio paisaje montañoso de esta zona. Tras unas cuantas horas de tren, llegábamos a Ella, la última parada de nuestro corto viaje por Sri Lanka.

Ella no es más que un cruce de caminos donde se han construido equipamientos para el turista. El entorno es muy bonito y fue atrayendo viajeros con el tiempo y hoy un buen número de hoteles, restaurantes, bares y tiendan conforman el pueblo junto a la estación de tren. Nuestro hotel estaba perfectamente situado con vistas al Ella's Gap, y la vista que teníamos desde la misma cama era majestuosa. Nada más llegar empezó a caer una tormenta que disfrutamos desde el balcón.

Ella Gap

Cuando paró bajamos al pueblo caminando sobre unas vías de tren y ya en la calle principal nos tomamos unas merecidas cervezas después del largo día. Quizás fuera el único día en el que vimos ambiente de mochileros, omnipresente en otros destinos del sureste asiático.

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