jueves, 2 de agosto de 2012

Transrrauláica 2012 Intro

Tras dar vueltas y más vueltas al plan veraniego del C.A.RA. (Club Alpino Raulista) y desechar objetivos más ambiciosos, el destino y la ruta quedó fijada. Sobre la base del GR-11, que es el camino que recorre los pirineos españoles de mar a mar, haríamos una interpretación bastante personal que nos llevaría a subir al Monte Perdido y al Aneto y a la que llamaríamos la RG-7, en honor al líder espiritual y físico de nuestro afamado club. Serían 7 días de ruta y 2 de desplazamientos, distribuidos de la siguiente manera.

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Ida: 20 de Julio Madrid- Torla - Bujaruelo
Día 1: 21 de Julio Bujaruelo – Refugio de Goriz (por la brecha de Roland)
Día 2: 22 de Julio Refugio de Goriz – Camping de Pineta (por el monte Perdido)
Día 3: 23 de Julio Camping de Pineta – Parzán (por el GR-11)
Día 4: 24 de Julio Parzán – Granjas de Viadós (por el GR-11)
Día 5: 25 de Julio Granjas de Viadós – Puente de San Jaime (Benasque) (por el GR-11)
Día 6: 26 de Julio Puente de San Jaime (Benasque) – Refugio de La Renclusa
Día 7: 27 de Julio Refugio de La Renclusa – Aneto – Refugio de la Renclusa
Vuelta: 28 de Julio Benasque – Torla – Madrid

Ruta seguida. En rojo, la ruta en sí; en azul, el trayecto de vuelta en coche

Como se ve, son más o menos tres partes: una primera por Ordesa y subiendo al Perdido, una intermedia de 3 etapas siguiendo el GR-11 del valle de Pineta al de Benasque, y una última de aproximación y subida al Aneto. Las etapas más duras serían la segunda y la séptima, pero en todas las etapas nos saldrían 1000 y pico metros de desnivel positivo y al menos 7 horas de ruta, así que no tendríamos demasiado descanso. 
Los alojamientos serían variados, intercalando campings, refugios y un par de hostales para descansar. Además los campings nos valdrían también como avituallamiento ya que suele haber supermercado en alguno de ellos (camping Pineta y camping Aneto en el Puente de San Jaime). Normalmente podíamos comprar pan en casi todos sitios (menos en Goriz y La Renclusa) asi que para comer tirábamos de bocadillos. 
Llevábamos los mapas de la editorial Prames para las etapas del GR-11 y los mapas de la editorial alpina para la zona del Aneto y el Monte Perdido. Nada de GPSs, a la antigua usanza. Tampoco bastones de trekking, que, aunque a veces si se echan de menos, la mayor parte del camino estamos seguros que nos sobrarían.

Alojamientos:

Día 0: Camping de Bujaruelo. Ojo que hay dos en el valle. Nosotros nos alojamos en el más alejado de Torla, que también es refugio. En una zona muy bonita, una gran explanada de hierba al lado del río. Restaurante con cenas hasta las 22:00 y desayuno de buffet como opción. Te venden pan si les sobre. Baños y duchas aceptables. Servicio de lavadoras.

Día 1: Explanada del refugio de Goriz. Refugio en obras y masificado. Parece un camping. Aún no durmiendo en él, te dan de cenar y desayunar abundantemente si lo pides y puedes usar las 2 duchas extremadamente precarias que hay (haciendo cola y con un chorrillo de agua fría, claro). Carete como todos los refugios de montaña.

Día 2: Camping Pineta. A 3 o 4 kilometros del refugio y a 7 u 8 de la pradera de Pineta. Muy bueno. Buena zona de acampada, bar-restaurante, supermercado, piscina, muy completo. Duchas y baños bien y no me fijé en si había lavadoras.

Día 3: Hostal Lafuen. Muy bien, aunque contando que llevábamos 3 días en tienda igual no soy muy objetivo. Al lado de la carretera que lleva al túnel de Bielsa. Con terracita, bar y restaurante donde se cena bien y se desayuna cojonudamente (el mejor desayuno de todos sin duda). Creo que fueron 75 euros dos personas con media pensión, que está bien. Cruzando la carretera hay un super bastante surtido.

Día 4: Refugio de Viadós: En un sitio excepcional, con una de las mejores vistas del Pirineo, con el Posets enfrente de ti. Cena muy rica y abundante, desayuno correcto. Habitaciones medianas sin separación entre camas. Un poco rumano que te cobren 2 euros por la ducha, pero al menos están decentes. Sólo dos baños para todo el refugio.

Día 5: Camping Aneto: Muy bueno. La zona de acampada es algo peor que la del de Pineta, pero el restaurante y el super son del estilo. Con piscina y lavadoras que nos vinieron de lujo. Baños y duchas numerosos y muy bien cuidados.

Día 6: Refugio de la Renclusa: Excepcional. Remodelado hace no mucho. Habitaciones confortables, limpias y espaciosas. Baños limpios y nuevos. Zonas comunes amplias. Cenas excelentes y copiosas y desayunos correctos. Simpatía del personal y alquiler de equipo. Un 10.

Día 7: Hotel Pilar (Benasque). Correcto. Estabamos derrotados y dormimos fetén. La tele era una basura y la entrada no es gran cosa pero vale para pasar la noche ya que está limpio y es funcional. Nos prepararon el desayuno a las 06:00, que es un detalle, y tenía buena pinta.


Como siempre uno de los principales quebraderos de cabeza fue el peso que acarrearíamos encima. Cabe la posibilidad de hacer la ruta entera durmiendo en refugios y hostales, pero nosotros no reservamos con tiempo y en Goriz no íbamos a tener sitio, por lo que desde un principio teníamos claro que llevaríamos la tienda con nosotros. Con la tienda, el saco y el aislante ya partíamos de un peso inicial importante y a esto le añadimos un pantalón corto y un largo, 4 camisetas, una segunda capa y un chubasquero/cortavientos, 4 mudas, unas sandalias/chanclas, unas botas de trekking, gorra, pañuelo y luego multitud de chorraditas imprescindibles tipo botiquín, aseo, navaja, cuaderno, libro, bolígrafo, móvil y cargador, cámara y cargador, cartera, brújula, mapas, frontal, cantimplora, comida (lata de sardinas y de magro de cerdo, frutos secos), pastillas potabilizadoras e isotónicas, un cojín hinchable y algo más que seguro se me olvida. Los crampones y el piolet, necesarios en esta época del año únicamente en el glaciar del Aneto, los alquilaríamos en La Renclusa, por lo que no fue necesario echarlos al equipaje.

De todo esto lo único que no usamos fue el libro, que con las revistas de los refugios y la charleta con la gente que te encuentras no te dan ganas ni de abrir. Eché de menos aguja e hilo para las ampollas y tiritas, que no eché al final por despiste asi como unos guantes finos para el glaciar del Aneto únicamente. Llevamos dos cámaras de fotos y al final solo usamos una, ya que la batería aguantó bastante y pudimos cargarla sin problemas en refugios, campings y hostales.

Otro rompecabezas interesante fueron los traslados desde y a Madrid o mejor dicho: como cojones íbamos a volver al punto donde dejamos el coche. Al ser una ruta lineal lo ideal sería tener dos coches, pero no era nuestro caso, asi que necesitábamos una manera de volver al punto de partida, que fue Torla. Las comunicaciones entre valles pirenaicos son malas, y peores aún un sábado, día que teníamos prevista la vuelta. Teníamos un autobús que nos bajaba de Benasque a Campo (eso si, a las 06:30 de la mañana) y otro que nos llevaba de Aínsa a Torla (a las 12:15), pero no había manera de ir de Campo a Aínsa. En un principio confíamos en que alguien nos recogiera haciendo autostop, pero teniendo como último recurso un taxi, que al final fue por lo que optamos tras una hora y pico de infructuoso esfuerzo autoestopista. 30 euros bien pagados a un taxista de Ainsa que nos solucionó el tramo más complicado de la vuelta.
Lamentablemente no contabamos con esta señorita como señuelo para el autostop, con lo que tuvimos que llamar a un taxi

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