sábado, 16 de julio de 2016

Chile, día 4: ¡Nochevieja chilena!

31 de Diciembre de 2015


Estábamos derrotados después de tanta actividad turística asi que por un día no madrugamos mucho y desayunamos con calma en nuestro hotel (Atacama North se llamaba, no estaba mal, tenía un patio interior muy agradable pero los precios en San Pedro están muy subidos para la calidad de los sitios).

Hicimos las mochilas y nos fuimos en coche hasta el valle de la Muerte, que según nos contaron en un comienzo era el valle de Marte pero cambió al más llamativo de la muerte. La entrada es por un estrecho desfiladero en el que podría aparecer Indiana Jones en cualquier momento. Al final del mismo te encuentras frente a una inmensa duna de arena en la cual en el momento en que llegamos estaban practicando sandboard. Parecía divertido, pero un poco engorroso y cansado ya que no hay remonte...

Todo muy bien y muy molón hasta que te toca subir a pata again
Nosotros caminamos por la duna haciendo innumerables fotos, el paisaje es sumamente fotogénico.

Valle de la Muerte

Emprendimos la vuelta y buscamos la Pukara de Quitor, el vestigio mejor conservado de la época precolombina y preincaica, cuando los indígenas atacameños gobernaban la zona. Nos costó bastante llegar, no porque estuviera lejos sino por lo mal indicado que estaba. Aunque esté al lado de la entrada al valle de la muerte lo mejor es dar la vuelta casi llegando a San Pedro y entrar por el acceso principal.

La vista del oasis de San Pedro desde la Pukara
La Pukara es un antiguo asentamiento indígena en la falda de una colina. Se pueden ver las estructuras habitacionales de lo que debió ser una construccion defensiva y de habitación a la vez, similar a los castillos europeos de la edad media, pero mucho menos desarrollado. En un principio los atacameños locales vivian tranquilos en la zona, aprovechando los cursos de agua para vivir de una agricultura de subsistencia con su maiz y su quinoa ecologica y bio. Poco años antes de la conquista española llegaron los incas y controlaron toda la zona, eso si respetando las costumbres locales. Entre colegas no se pisaban la manguera, todo de buen rollo entre pueblos hermanos, que eran como las bandas latinas hoy en día. Y entonces (siempre según los paneles informativos, claro, jejeje) llegaron los españoles, masacraron a buena parte de la población y desmontaron todas las estructuras politicas y militares para adaptarlo a su cultura y sociedad. Se acabó lo que se daba y todo el mundo a trabajar para el conquistador, el gobernador o quien fuera. No parece que nos aprecien mucho, la verdad, y no es dificil ver el porqué.

La Pukara de Quitor
El caso es que visitamos la Pukara un poco rápido ya que teníamos que coger el avión en Calama y nos faltaban aún unas dos horitas de coche. Bajo un sol abrasador emprendimos el camino de vuelta, acordándonos de todo lo visitado estos ultimos tres días y lo feo que parecía el paisaje cuando aterrizamos en medio de ninguna parte.

Al aterrizar en Santiago cogimos un transfer a casa de nuestros anfitriones y mientras que ellos nos hacían la cena de Nochevieja nos fuimos a dar un paseo por Santiago. Anduvimos por la zona Centro, la plaza de armas, la catedral de Santiago y toda la zona peatonal de alrededor. Se empezaba ya a respirar el ambiente de fiesta de la Nochevieja y la avenida de Bernardo O'Higgins ya estaba cortada al tráfico.

Volvimos al apartamento donde nos duchamos y arreglamos para pasar nuestra primera nochevieja chilena. Gracias a Carmen y Jorge nos sentimos como en casa con platos chilenos y españoles y pisco para mojar. Al acercarse la madrugada subimos a la azotea para ver los fuegos artificiales que no nos decepcionaron. Desde los diferentes barrios de la ciudad se lanzan al aire miles de petardos y cohetes mientras que la ciudad y el pais entero festeja la entrada en el nuevo año. Vamos, parecido a lo que hacemos aqui pero con 25 grados más.





Feliz nochevieja chilena con Pisco-cola

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