miércoles, 17 de octubre de 2012

Dakar Día 2

Integrantes: Spanish ROCK, Z
Fechas: 17 de Agosto del 2011
Sector: África Occidental

Arrastrando el inmenso error de querer conocer Dakar, amanecimos despertados por un senegalés gritando a una tozuda cabra que no quería caminar. El tema de las cabras en esta ciudad es dantesco; pastan entre la basura, escalan escombros, se bañan en la playa, corretean entre el tráfico… mientras nadie parece sorprenderse.

La playa de Dakar
Una de las principales atracciones del túnel de los horrores que es Dakar es el mercado Kermel (karmeel, Kaermel, he visto distintas maneras de escribirlo), pero no duramos ni cinco minutos. El olor era insoportable, una mezcla de pescado, frutas exóticas de aroma intenso, y carne en proceso de putrefacción, mientras chapoteas en un encharcado suelo… muy bonito todo, vámonos de aquí. 

Comerciante del mercado
Las calles de este desierto domingo dakarí tampoco eran mejor. Dos españoles, un domingo de Agosto que justo rompía, por el centro de Dakar, llamaban la atención de los pocos senegaleses que rompían el vacío de la ciudad; encontramos simpáticos de blancas sonrisas, violentos de ojos vidriosos, pesados de incasable espíritu… todos compartían un deseo común: que viéramos su tienda.

Cansado del rien de rien, après après, (con el francés voy muy justito, pero aunque me defiendo muy bien en inglés, tiene mucho más caché, donde va a parar mes amis), y para evitar el acoso, escogimos a un nuevo mejor amigo, Ibrahima, un parlanchín borracho que chapurreaba español y que nos hizo de guía. De su temblorosa mano por la necesidad de un chato de vino, recorrimos la ciudad entre cochambrosos edificios coloniales de pasado poco glorioso y presente incierto, desiertas plazas y un bullicioso y sucio puerto. ¿Qué destacar de Dakar? El mercado Kermel, el pequeño puerto, el centro con sus grandes avenidas, el consulado francés para tomarse un café y, sobre todo, que es MUY FEA.

El bueno de Ibrahima
Así que pasamos el día sin pena ni gloria, solo alegrado por un gigante plato de mafe, receta senegalesa de carne con una espesa pero riquísima salsa de cacahuete servido en un enorme recipiente en el centro de la mesa, del que comen todos ayudados con la mano. Curiosos lugareños observaban la escena divertidos a los que, según es tradición en Senegal, convidamos a picar de nuestro enorme plato de mafe que nos habían servido; invitación que amablemente declinaron.

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